Durante 2021, a pesar de haberse iniciado un proceso de recuperación económica, se continuaron viviendo los efectos derivados de la pandemia por COVID-19, especialmente un limitado crecimiento de la demanda, así como incrementos en los precios de la energía y disrupciones en las cadenas de suministro, factores que derivaron en un proceso inflacionario no experimentado en muchos años.
Sin embargo, desde el principio de la crisis sanitaria, el compromiso de la industria minera ha sido mantener una operatividad segura y constante para atender las necesidades del mercado y contribuir a la reactivación económica de México.
La cadena minera contribuyó al PIB nacional con una participación del 4.3%, considerando más de 71 actividades industriales a las que provee de materias primas, lo que representa un incremento de medio punto con respecto al año anterior. Por su parte, la industria minero-metalúrgica tuvo una participación de 2.5%.
