Las concesiones mineras otorgadas por el Gobierno Federal solamente contemplan la exploración y aprovechamiento de los recursos minerales que se encuentran en el subsuelo. Por este motivo es necesario realizar contratos con los dueños de los terrenos cuando corresponda, así como tramitar los permisos necesarios para tener acceso en el terreno superficial.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE), actualmente en México se encuentran vigentes más de 24 mil títulos de concesión minera, los cuales ocupan más de 16 mil millones de hectáreas del territorio nacional; es decir, un 8.59% del mismo. Por su parte, la superficie ocupada por los centros productivos corresponde tan solo al 0.10% del país.
Con el objetivo de reducir su huella en el medio ambiente, el sector minero implementa acciones enfocadas en la recuperación de suelos, así como en el rescate y reubicación de especies de flora y fauna.
Debido a las condiciones que se presentaron en 2021, los viveros e invernaderos operados por las empresas afiliadas a CAMIMEX alcanzaron una producción de 7.5 millones de árboles, 2.5 millones árboles más que en el año anterior.
En 2021 se dio continuidad a los programas de reforestación en 24 estados de la República Mexicana; se plantaron más de 3.77 millones de árboles, con los cuales se reforestaron más de 3 mil 800 hectáreas.
Aunado a lo anterior, la industria afiliada a la CAMIMEX colabora de manera estrecha con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y las comunidades, en proyectos de reforestación y de conservación de los bosques, así como con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) en actividades de conservación y protección de estas áreas. Las operaciones mineras de Exportadora de Sal, empresa paraestatal operada por el Gobierno Federal, y El Boleo, en Baja California Sur, son casos de éxito que demuestran que la minería puede desarrollarse en equilibrio con estas actividades.
Como parte de las iniciativas que realizan las empresas mineras en materia de biodiversidad destaca el establecimiento y operación de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) , de Predios o Instalaciones que Manejan Vida Silvestre (PIMVS), y de programas de conservación. Estas acciones contribuyen de manera directa a los esfuerzos realizados por el Gobierno Federal y la sociedad civil para proteger y conservar especies que se encuentran en riesgo y están enlistadas en la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Desde la concepción de un proyecto minero, las empresas elaboran un plan de cierre que tiene por objetivo que las áreas que fueron impactadas por la operación sean física y químicamente estables, seguras, acordes con los usos y costumbres y con las características del sitio.
Además de las actividades y programas de reforestación y de rescate de especies de flora y fauna, las empresas mineras, a lo largo de la vida útil de una operación, realizan acciones de cierre de las áreas que fueron impactadas y que ya no son utilizadas. A esto se le conoce como cierre progresivo y forma parte del plan de cierre.
Como parte de su estrategia para reducir su huella en el medio ambiente, las empresas afiliadas a la CAMIMEX implementan las mejores prácticas y tecnologías disponibles para minimizar la generación y maximizar la valorización de los residuos que generan y con ello disminuir los riesgos ambientales asociados.
Los jales son los residuos generados en las operaciones de separación y concentración de minerales, que ya no son técnica ni económicamente viables de aprovechar. Existen diversos métodos de disposición de estos residuos como el relleno de mina o en depósitos (también conocidos como presas de jales). En 2021, 9.83 Mt de jales fueron reutilizados como relleno de mina.
Las empresas mineras afiliadas cuentan con circuitos cerrados para la recuperación y posterior reutilización del agua contenida en los jales, de esta manera reducen el riesgo y el impacto que estos residuos puedan generar en el ambiente. El porcentaje de recuperación del agua contenida en dichos residuos mineros es de aproximadamente el 80%.
Las empresas mineras cumplen con la normatividad aplicable para el manejo de los residuos que generan, particularmente, en el caso de los jales con la Norma Oficial Mexicana NOM-141-SEMARNAT-2009 emitida por la SEMARNAT. Adicionalmente, con el objetivo de alienarse con las mejores prácticas nacionales e internacionales, toman como referencia estándares y lineamientos establecidos por otros organismos como la Comisión Internacional de Grandes Presas (ICOLD), Asociación Canadiense de Presas (CDA), Asociación Canadiense de Minería (MAC) y el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM).
Cada vez más empresas mineras están realizando la conversión a jales de apilamiento en seco o filtrados, método de disposición que se considera la mejor tecnología disponible para el almacenamiento de dichos residuos, ya que reduce el consumo de agua y el riesgo de falla del depósito.
Dando continuidad a los esfuerzos para mejorar la gestión de residuos en la industria minera, en 2021 se llevó a cabo una actualización del Inventario Preliminar de Depósitos de Jales. Como resultado, se identificaron 184 depósitos de jales, de los cuales 72 están activos y 112, inactivos.
En las operaciones mineras también se generan otros residuos que se clasifican y se manejan de acuerdo a los lineamientos establecidos en el marco jurídico. Además, las empresas afiliadas implementan acciones encaminadas, en primer lugar, a minimizar su volumen y, cuando es posible, a valorizarlos a través de su reciclaje o reúso en sus instalaciones o con empresas autorizadas para su manejo.
